sábado, 2 de julio de 2011

Imitemos a María, modelo de los creyentes

¡Amor y paz!

Ayer celebrábamos la solemnidad del Corazón de Jesús, del Amor. Propio de hijos bien nacidos es que hoy, junto al Hijo, encontremos a su Madre. El Papa Pío XII, muy sensible a la celebración del amor compartido entre el Hijo y la Madre, instituyó esta fiesta el año 1944. Celebrémosla con amor y fe (Dominicos, 2003).

Los invito, hermanos, a leer y meditar el evangelio y el comentario, en este Sábado en que celebramos la memoria del Inmaculado Corazón de María.

Dios los bendiga…

Evangelio según San Lucas 2,41-51. 
Sus padres iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua.  Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él. Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: "Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados". Jesús les respondió: "¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?". Ellos no entendieron lo que les decía. El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón. 
Comentario

"Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón". El verbo traducido por "conservar" significa guardar, mantener en la memoria lo que se considera valioso, como si se tratara de un tesoro. El sustantivo traducido por "cosas" significa dichos y hechos, palabras y acontecimientos.

El evangelio de Lucas nos dice expresamente que María se admiraba y no entendía (2, 48.50) algunas cosas. Pero no se conforma, sino que se esfuerza por comprender el sentido de todo lo referente a su hijo. Se diferencia de los demás testigos por el hecho de que ella trata de descubrir el significado más profundo de los acontecimientos. Y a medida que lo va comprendiendo se convierte para ella en una espada que atraviesa su alma (2, 35).

El tercer evangelio presenta a María como modelo de los discípulos, paradigma de los creyentes, ejemplo del proceso de fe que tendrán que vivir todos los seguidores de Jesús, los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica. Ella es el puente entre los relatos de la infancia y el ministerio público de Jesús. Quizá los versículos con los que comenzábamos este comentario indiquen que María desempeñó un papel fundamental en la formación del evangelio y en la transmisión de las tradiciones primitivas a las primeras comunidades cristianas.

Ella es testimonio y modelo de la actitud que han de tener todos los cristianos ante la Palabra de Dios: acogida, meditada y puesta en práctica. Ella nos transmite la fuerza del Espíritu a través de la Palabra encarnada que se hace vida en nuestro compromiso de ser auténticos oyentes y servidores de la palabra de Dios.

Diario Bíblico. Cicla (Confederación Internacional Claretiana de Latinoamérica)
www.mercaba.org