sábado, 20 de octubre de 2012

Jesús defenderá mañana a quien se ponga de su parte hoy

¡Amor y paz!

La opción del hombre en favor o en contra de Jesús decide su auténtica existencia y su suerte definitiva, escatológica. En el juicio, constante, implacable, del mundo contra Jesús, quien tenga el valor de declarar en su favor, tendrá a su favor el testimonio de Jesús en el juicio de Dios contra el mundo. (cf. 9. 26; Mc 8. 38; Jn 16. 6-11).

Hay un pecado contra el Espíritu, que es el pecado de la apostasía, el pecado de renegar de Cristo después de haberle prestado fe. Sólo en el Espíritu Santo se puede confesar que Jesús es el Señor. Quien reniega de esta fe, peca contra el Espíritu, ya no tiene salvación, porque la fe salva al hombre.

El discípulo de Jesús vive constantemente al abrigo del Dios vivo, bajo su cuidado. Cuando suene la hora de la persecución, el Espíritu se encargará de la defensa. El juicio llevado por el mundo en contra de Cristo, se convertirá, por la acción del Espíritu, en testimonio dado en su favor (Comentarios Bíblicos-5.Pág. 541).

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este sábado de la XXVIII Semana del Tiempo Ordinario.

Dios los bendiga…

Evangelio según San Lucas 12,8-12. 
Les aseguro que aquel que me reconozca abiertamente delante de los hombres, el Hijo del hombre lo reconocerá ante los ángeles de Dios. Pero el que no me reconozca delante de los hombres, no será reconocido ante los ángeles de Dios. Al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará. Cuando los lleven ante las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir, porque el Espíritu Santo les enseñará en ese momento lo que deban decir". 
Comentario

a) Ayer nos animaba Jesús a ser valientes a la hora de dar testimonio de él, porque Dios nunca se olvida de nosotros: si lo hace con los pajarillos y los cabellos de nuestra cabeza, ¡cuánto más con cada uno de nosotros, que somos sus hijos!

Hoy nos da otro motivo para ser intrépidos en la vida cristiana: él mismo, Jesús, dará testimonio a favor nuestro ante la presencia de Dios, el día del juicio.

Y todavía otro protagonista en estos nuestros ánimos: el Espíritu de Dios. Así se completa la cercanía del Dios Trino. El Padre que no nos olvida, Jesús que "se pondrá de nuestra parte" el día del juicio, y el Espíritu que nos inspirará cuando nos presentemos ante los magistrados y autoridades para dar razón de nuestra fe.

Sólo hay una clase de personas sin remedio, los que "blasfeman contra el Espíritu Santo", o sea, los que, viendo la luz, la niegan, los que no quieren ser salvados. Son ellos mismos los que se excluyen del perdón y la salvación.

b) Nosotros ya estamos empeñados, hace tiempo, en este camino de vida cristiana que no sólo sucede en nuestro ámbito interior, sino que tiene una influencia testimonial en el contexto en que vivimos.

Para este camino necesitamos ánimos, porque no es fácil. Jesús nos asegura el amor de Dios y la ayuda eficaz de su Espíritu. Y además, nos promete que él mismo saldrá fiador a nuestro favor en el momento decisivo. No se dejará ganar en generosidad, si nosotros hemos sido valientes en nuestro testimonio, si no hemos sentido vergüenza en mostrarnos cristianos en nuestro ambiente.

En los momentos en que sentimos miedo por algo -y a todos nos pasa, porque la vida es dura- será bueno que recordemos estas palabras de Jesús, afirmando el amor concreto que nos tiene el Dios Trino para ayudarnos en todo momento. Jesús calmó tempestades y curó enfermedades y resucitó muertos. Era el signo de ese amor de Dios que ya está actuando en nuestro mundo. También nos alcanza a nosotros. No tenemos motivos para dejarnos llevar del miedo o de la angustia.

J. ALDAZABAL
ENSÉÑAME TUS CAMINOS 6
Tiempo Ordinario. Semanas 22-34
Barcelona 1997. Págs. 187-190