sábado, 17 de septiembre de 2011

¿La semilla de la Palabra cae en tu tierra buena?

¡Amor y paz!

¿Cuál es nuestra actitud ante la Palabra de Dios? ¿Realmente la aprovechamos? ¿O la desperdiciamos? El Señor Jesús pronunció una parábola al respecto que Él mismo explica.

Los invito, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este sábado de la XXIV Semana del Tiempo Ordinario.

Dios los bendiga…

Evangelio según San Lucas 8,4-15.
Como se reunía una gran multitud y acudía a Jesús gente de todas las ciudades, él les dijo, valiéndose de una parábola:  "El sembrador salió a sembrar su semilla. Al sembrar, una parte de la semilla cayó al borde del camino, donde fue pisoteada y se la comieron los pájaros del cielo. Otra parte cayó sobre las piedras y, al brotar, se secó por falta de humedad. Otra cayó entre las espinas, y estas, brotando al mismo tiempo, la ahogaron.  Otra parte cayó en tierra fértil, brotó y produjo fruto al ciento por uno". Y una vez que dijo esto, exclamó: "¡El que tenga oídos para oír, que oiga!".  Sus discípulos le preguntaron qué significaba esta parábola, y Jesús les dijo: "A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de Dios; a los demás, en cambio, se les habla en parábolas, para que miren sin ver y oigan sin comprender. La parábola quiere decir esto: La semilla es la Palabra de Dios. Los que están al borde del camino son los que escuchan, pero luego viene el demonio y arrebata la Palabra de sus corazones, para que no crean y se salven. Los que están sobre las piedras son los que reciben la Palabra con alegría, apenas la oyen; pero no tienen raíces: creen por un tiempo, y en el momento de la tentación se vuelven atrás. Lo que cayó entre espinas son los que escuchan, pero con las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, se van dejando ahogar poco a poco, y no llegan a madurar. Lo que cayó en tierra fértil son los que escuchan la Palabra con un corazón bien dispuesto, la retienen, y dan fruto gracias a su constancia. 
Comentario

-Salió el sembrador a sembrar. Una parte del grano cayó:

- en la vereda, lo pisaron y los pájaros se lo comieron...

- en la roca y al brotar se secó por falta de humedad...

- entre zarzas y éstas, brotando al mismo tiempo lo ahogaron...

Una siembra lamentable, laboriosa.

Todos los mesianismos judíos esperaban una manifestación brillante y rápida de Dios.

Jesús parece querer rebajar su entusiasmo: el "Reino de Dios" está sujeto a los fracasos... va progresando penosamente en medio de un montón de dificultades... ¡Mucha paciencia es necesaria! Como Jesús, ¿me atrevo yo a mirar de cara las dificultades de mi vida personal... de mi medio familiar o profesional... de la vida de la Iglesia?...

-Otra parte cayó en tierra buena, brotó y dio el ciento por uno.

Mateo y Marcos hablaban de rendimientos diferenciados según la calidad de la tierra: treinta por uno... sesenta por uno... ciento por uno...

Lucas se contenta con un sólo rendimiento: ¡el más elevado! ¡Cada grano de trigo produce otros cien! Un buen ejemplo, una vez más, de la adaptación del evangelio: La preocupación de Lucas no ha sido solamente reproducir, palabra por palabra, los menores detalles de sus predecesores. El evangelio es viviente. Quedando a salvo lo esencial del mensaje, cada predicador le da una vida nueva. Lucas se beneficiaba de una más larga experiencia de la vida de la Iglesia y podía ya poner el acento sobre tal o cual punto, según las necesidades de la comunidad a la que se dirigía.

Aquí, por ejemplo, en el crecimiento del Reino de Dios pasa del "nada" al "todo"... del fracaso total de la semilla, a su éxito total. Porque, a diferencia de Mateo y de Marcos, quiere insistir solamente sobre la perseverancia en el fracaso.

-Quien tenga oídos para oír, ¡que oiga! Jesús invita a estar atentos.

Lo sabemos muy bien: se puede soslayar... no oírle.

Señor, agudiza nuestras facultades de atención, de recogimiento, para poder oír.

-A vosotros, os ha sido dado el poder comprender los misterios del reino de Dios. A los demás, en cambio, se les habla en parábolas, así, viendo no ven y oyendo no entienden. Dios no es injusto; sino que respeta la libertad.

"La propuesta" divina no es tan evidente que llegue a forzar nuestro asentimiento. Es uno de los Pensamientos de ·Pascal-B: "Hay claridad suficiente para alumbrar a los elegidos, y bastante oscuridad para humillarlos. Hay suficiente oscuridad para cegar a los réprobos, y bastante claridad para condenarlos y hacerlos inexcusables." (443) "Si hay un Dios, es infinitamente incomprensible... Somos pues incapaces de conocer quién es El, ni si El es".

"¿Quién censurará a los cristianos no poder dar razón de su creencia, ellos que profesan una religión de la que no pueden dar razón? Si la dieran, no serían consecuentes; y es siendo faltados de prueba que no son faltados de sentido" (343).

¡El mismo Jesús no ha querido convencer "a la fuerza"!

-Lo que cae en buena tierra, son los que, después de haber oído la Palabra, la conservan con corazón bueno y recto, y dan fruto con su perseverancia.

¡Perseverancia! ¡Uno de los más hermosos valores del hombre! ¡Ah, no! El Reino de Dios no es un "destello" estrepitoso y súbito: viene a través de la humilde banalidad de cada día, en el aguante tenaz de las pruebas y de los fracasos. Para mejor descubrir a Dios, para entrar en sus misterios, es necesario, cada día, con perseverancia, tratar de llevar a la práctica lo que ya se ha descubierto de El: ésta es condición para entrar y adelantar en su intimidad.

NOEL QUESSON
PALABRA DE DIOS PARA CADA DIA 2
EVANG. DE PENTECOSTES A ADVIENTO
EDIT. CLARET/BARCELONA 1983.Pág. 186 s.
www.mercaba.org