miércoles, 23 de febrero de 2011

“El que no está contra nosotros, con nosotros está”

¡Amor y paz!

Existe la tendencia en algunos a desacreditar y subvalorar lo que otros hacen y, consecuentemente, a considerar que sólo lo de ellos es válido y verdadero.

El campo de la religión no se escapa a esta actitud, porque son muchos los que creen que tienen el monopolio de la verdad. Jesús en el Evangelio nos habla hoy al respecto.

Los invito, hermanos, a leer y meditar el evangelio y el comentario, en este miércoles de la VII Semana del Tiempo Ordinario.

Dios los bendiga…

Evangelio según San Marcos 9,38-40.
Juan le dijo: "Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros". Pero Jesús les dijo: "No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí. Y el que no está contra nosotros, está con nosotros. 
Comentario

En el episodio de hoy, uno de los discípulos, Juan, corre donde Jesús para pedir autorización y detener a uno que luchaba contra los demonios en nombre de Jesús sin la necesaria autorización...

La respuesta de Jesús abre las puertas para que todas las personas que quieran obrar el bien en su nombre lo hagan. No obliga a todos a meterse bajo el mismo techo. El ecumenismo de Jesús es verdaderamente universal porque le preocupa el bien de la humanidad y no el renombre de su grupo. Hacer el bien a los demás es más importante que los protagonismos.

Jesús debió oponerse fuertemente a los impulsos de los discípulos de convertir la comunidad en un círculo cerrado, como eran las comunidades de Fariseos o de escribas. El conocimiento que él impartía podía ser comprendido por la gente sencilla de mentalidad abierta. Esto no quitaba que las mujeres y hombres que lo seguían recibieran una formación más sólida, porque, la comunidad estaba al servicio de los excluidos y todo el saber al servicio de quien lo quisiera adquirir. 

De esta manera, el mensaje de Jesús preparaba a sus discípulas y discípulos a vivir en completa libertad la solidaridad con otras comunidades que hubieran acogido total o parcialmente la opción de Jesús a favor de los marginados.
Importante lección para nuestros días, cuando por la "mundialización" actual, sentimos tan cercana la presencia de las muchas religiones del mundo, que otrora nos pasaban desapercibidas. Hoy convivimos como vecinos cercanos de otras religiones. El espíritu ecuménico de Jesús debe llevarnos a aceptar y reconocer con gozo la presencia de Dios que actúa en todos los pueblos, que atrae hacia sí a los hombres y mujeres desde los múltiples caminos de las diferentes religiones, y que tales religiones no son caminos de condenación, ni siquiera caminos sin salvación, sino caminos que también conducen hasta El. 

Es preciso convertirnos al espíritu ecuménico de Jesús, a una valoración positiva de todo aquello que en realidad "no está contra nosotros, sino a nuestro favor".

Diario Bíblico. Cicla (Confederación Internacional Claretiana de Latinoamérica)